Me gusta levantarme por las mañanas y descubrir que mis plantas están en flor. Las riego, les quito las hojas secas y a veces mis manos se llenan de polen y de color. Entonces suelo ir a ducharme, y al quitarme el camisón, descubro que mi cuerpo también está mejor. Más suave, más firme, las curvas más pronunciadas, y me siento más yo. Pero la fertilidad de la plantas es mucho más llevadera que la que siento yo.
20 Febrero 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario