Este vodka está aguado. Llamo al camarero, y como me ignora, me fijo en el espejo que tengo delante. Estoy mal maquillada, pálida, arrugada. Se me acerca un tipo. No tengo ganas de volverme pero observo su reflejo en el espejo. Se me acerca mucho. Se sienta en la banqueta a mi lado. El camarero viene, y ya no veo el espejo. Me llena la copa de hielos. El tipo se aleja. Se va el camarero y me miro en el espejo. Ahora soy el tipo, gordo y calvo. Pero por lo menos tengo hielo.
(gracias a
egoexmachina)
24 Diciembre 2002
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