Me he pasado todo el día pensando en ese chisme y no he dado pie con bola. Y eso que he salido tarde por todo lo que tenía que hacer.
Y cuando entro por la puerta me encuentro con un ser violeta de unos 40 cms de alto, con antenas y una pinta totalmente absurda que, de brazos cruzados y con gesto de indiganción, me pregunta: "¿pero qué horas son estas?" Desde entonces vivimos juntos. Aunque a veces es un poco déspota, cuando quiere es un cielo. En casa no da ni golpe, y a la calle no sale porque la luz solar le derrite el cuerpo. Pero tiene mucho sentido del humor. No sabe cocinar, aunque come como una mula. Y su platillo volante huele que apesta.
Solo llevamos una tarde viviendo juntos, pero creo que es él. Sopesando los pros y los contras, creo que haremos una pareja perfecta. Aunque a veces pienso que tiene un poco de morro: por aparecer en mi casa sin previo aviso, no dar ni chapa, gorronear toda la comida que encuentra y aparcar su nave en mitad de mi cuarto de estar. Pero supongo que así empiezan todas las grandes historias de amor. Y sobre todo, que con sus antenas podemos ver Canal Plus.
17 de octubre de 2002.
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