He pasado el primer aniversario del 15M en Cuba, en La Habana. Aunque ha sido por pura casualidad, ahora me doy cuenta de que necesitaba desconectar, alejarme. Había llegado a ese punto en que todo lo que veía y hacía me parecía inútil, o demasiado lento, ante una realidad cada día más violenta, más opresora, más asfixiante.
A lo largo de todo este año de sentadas, protestas y manifestaciones, de cargas policiales, de sufrir una retención policial absolutamente demente, la otra realidad que vivía era y es aún peor. Cada vez más gente durmiendo en la calle, las colas para los comedores sociales se han multiplicado, se han llenado de niños, de padres de familia de lo que antes calificábamos con tanta facilidad de clase media.
Al volver de mi viaje, me he encontrado con una huelga por la Educación Pública, a cuya manifestación por supuesto asistí ayer. El ambiente era fantástico, las calles teñidas de camisetas de color verde, gente de todas las edades defendiendo algo tan básico que hasta duele el tenerlo que explicar. Pero la cosa terminó como siempre. Cargas policiales en Gran Vía y más tarde en Sol contra grupos de estudiantes. Una violencia por parte de la UIP absolutamente desmedida y gratuita que estoy ya harta de ver. Así que, una vez más, me fui a casa agotada, con los hombros caídos, triste y muerta de rabia, caminando entre macarras vestidos de azul que movían sus lecheras por las aceras de la Puerta del Sol con una chulería y un desprecio por el ciudadano, como si de su pequeña parcela en una urbanización privada de mala muerte se tratara.
Y lo que más me cuesta es pensar que esa sensación se va a repetir, va a ir a más, va a ir a peor. Porque en pocos meses, ni siquiera podré pagar el alquiler, y como yo tantos y tantos otros. Con lo que ese camino de vuelta, triste y rabiosa, ni siquiera será hacia mi propia casa. Así que, mientras nuestra realidad se desmorona a pasos agigantados, a lo mejor habría que plantearse llevar un ritmo de acción más acorde con el de ellos, porque está claro que nos estampamos, y no solo es que a ellos les de igual, sino que tienen prisa.
He estado viendo fotos y vídeos del 12M15M, hablando con gente que ha participado activamente y me ha contado todo lo que me he perdido, y lo que sí he descubierto con mucha alegría tras la manifestación de ayer, es un cambio en la actitud de la gente de fuera del movimiento, en cómo nos miraban desde las aceras, cómo nos apoyaban y nos lanzaban gritos de ánimo. Ya no somos bichos raros, y ese cambio me parece enorme, me parece gigantesco, y hay que aprovecharlo.
Yo no tengo las claves, lógicamente, pero si os apetece participar, se admiten todo tipo de opiniones y propuestas.
6 comentarios:
Ninguno tenemos las claves, desgraciadamente, pero sí retazos sueltos que quizás un día compongan esa respuesta que buscamos.
A mi, a día de hoy, me ronda por la cabeza la idea de que hemos pecado, en este último año, de indignación en oposición a rabia. Recuerdo a gente decirme en Sol que no había que mostrar tanta rabia, que lo nuestro era indignación educada. No sé si seguirán pensando lo mismo. El caso es que la protesta educada solo vale como presagio de protestas menos educadas de no tomarse en cuenta lo reivindicado. Eso hace una mani: muestra fuerza y determinación, advierte. No atemoriza ni hace cambiar nada por sí misma, al fin y al cabo todos volvemos a casa y el terreno vuelve a ser "suyo". Pero atemoriza en tanto en cuanto es una advertencia de lo que podría llegar a pasar si nos tocáis más los cojones. El problema viene cuando de esa amenaza velada nunca se llega a la fase de enseñar los dientes, te hagan lo que te hagan, o peor aún, cuando tú mismo juras y prometes que no, que nunca enseñaras los dientes de verdad porque tú eres pacífico y 'educado'. Entonces ya no vales para nada, has tirado por tierra la única fuerza de la acción pacífica, que solo vale en cuanto que advertencia elegante del cataclismo rabioso que podría producirse de no atender a razones.
Y en esas estamos, nos aprietan más y más las tuercas a todos los niveles (incluido el represivo) y seguimos respondiendo de la misma forma indignada y bella que tantas portadas nos dió, pero que ya no asusta al enemigo pues este ha visto (o creído ver) que detrás de tanto despliegue rebelde no hay pólvora en los cañones. Que nos ha visto el farol y nos echa órdagos a todo, prepotente y confiado.
El Martes pasado escribía Silvia Delgado: "Y yo creo que dejar que pase el tiempo, dejar que la mansedumbre se contagie es el peor augurio.
Si no sacamos a la calle la rabia, la más bestial, la más temida, la que no da un paso atrás, estaremos condenados a esa pobreza silenciosa y terrible del hambre detrás de cada puerta, de niños ignorantes apreciados como esclavos y de cadáveres agujereados por la crueldad de unos mercenarios que han prohibido sanarlos." http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/19126-si-no-sacamos-a-la-calle-la-rabia-la-m%C3%A1s-bestial-la-m%C3%A1s-temida-la-que-no-da-un-paso-atr%C3%A1s.html
Me parece que a estas alturas toda respuesta que no sea esa, sacar a la calle la rabia más temida, la rabia desatada que presagia revoluciones y guillotinas, la que ha hecho temblar y dudar y recular a todos los gobernantes desde que el mundo es mundo, si no somos capaces de sacarla ya no seremos capaces de parar nada en mucho tiempo. Ya no hay tiempo ni espacio para otra cosa que no sea caminar hacia ese desenlace. Ahora, cómo se saca esa rabia por millares? esa rabia que ya anida en millones de corazones pero que no acab de salir en tromba? Pues no lo sé, pero me parece que intentar potenciar, organizar y encender esa rabia sería el objetivo más pragmático y provechoso si de verdad queremos detener todo esto.
En Madrid es evidente que es donde se vive el 15m con más intensidad, pero esa sensación creo que la tenemos todos.
Yo también estoy bastante cansado de estar manifestándome una y otra vez, patear las calles, gritar y luego a casa. Si hay suerte nos sacan en las noticias unos 30 segundos para reírse de nosotros.
Si bien no somos bichos raros el inmovilismo de la gente es enorme, no tienen que estar en la aceras animándonos, tienen que estar en la calzada. Ha pasado un año y la gente sí está de acuerdo pero de ahí no pasan. Palmadita en la espalda y ale.
Ha pasado un año pero el movimiento sigue siendo demasiado heterogéneo como para dar más pasos. Es cierto que ha supuesto un cambio muy grande en la vida de muchas personas, pero fuera de él la vida sigue igual o peor.
Ojalá la iniciativa de empezar a juzgar a los responsables no se quede en el intento. Pero solamente el hecho de focalizar esfuerzos es un avance.
Por ahí es más fácil avanzar porque en eso está de acuerdo todo el mundo. Pero en el tema de la calle no.
En Valencia el 12m al final de la manifestación llegando la cabecera a la plaza del Ayuntamiento entre unas 100-200 personas tiramos las vallas y desmontamos la mascletá que habían puesto a propósito. Pues hubo una gran discusión entre la gente porque unos estaban de acuerdo en ir más allá y otros no.
Esas líneas son jodidas de traspasar en el 15m. De momento.
Bagaudas, me ha encantado tu comentario, y estoy muy de acuerdo en muchas cosas. Muchas gracias
Alex, algo muy parecido veo todos los días. En cuanto alguien se quiere salir del guión preestablecido, detrás hay cientos de personas que dan un paso atrás. A lo mejor hay que dividirse, no lo sé. Olvidarse de los que no están de acuerdo y comenzar a funcionar de una forma más radical.
En fin, gracias por el comentario.
Tened paciencia, "chi va piano, va sano e va lontano". Quizá yo no tengo esa perspectiva porque no me he implicado cien por cien y porque por suerte tengo trabajo, todo hay que decirlo. He estado en las manifestaciones desde el año pasado pero más como simpatizante que como activista. Creo que hasta ahora habéis demostrado un comportamiento ejemplar y la gente se va sumando poco a poco a medida que la cosa va siendo más evidente y más fastidiada. Lo que pasa es que la gente, sobre todo de cierta edad, está desconcertada, no está acostumbrada a los movimientos horizontales ni en la red, si no a que le ordenen, a la jerarquía, han olvidado aquello por lo que lucharon, por la democracia. Y por otro lado todavía hay mucha polarización, hay mucha gente todavía en la trinchera de su bando, pero poco a poco se van cayendo del burro.
La historia está de vuestra parte. Tened paciencia.
Os recomiendo un pequeño libro que seguramente conocéis pero que si no puede daros algunas claves:
PDF: http://www.aeinstein.org/organizations/org/DelaDict.pdf
Documental: http://www.rtve.es/television/20120125/documentos-como-empezar-una-revolucion/492567.shtml
Si tenéis a bien, os recomiendo mi blog en el que comparto mi forma de ver la vida y esta situación tan vomitiva:
http://calendariosinretorno.blogspot.com.es/2012/04/la-dignidad-de-dimitris.html
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Juan Carlos. Por tus palabras de ánimo, y por las recomendaciones. Voy a echarle un vistazo a tu blog, ¡un saludo!
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