Mi cuerpo no responde a las señales que le envía mi cerebro. Mis manos hacen aviones con papel de revista, mientras yo insisto en que lo dejen y se pongan a teclear. Sin embargo en frente tengo a una persona que hace lo que yo quisiera, dice lo que yo pienso y a mí me mira mal. Le he preguntado si le gustan mis aviones y me ha contestado que en realidad son suyos, lo que me tranquiliza bastante, no sabe que me quedan unos 40 folios por teclear.
17 Marzo 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario