El mundo entero está cubierto por una fina capa de espejo, como si lo hubieran envuelto en un perfecto y estirado papel albal. Todos nos reflejamos en los coches, en el suelo, en las paredes de dificios... y las señoras caminan cerrándose la falda al andar, intentando impedir que les veamos la ropa interior. Pero el suelo se ha llenado de fajas, las paredes son repeticiones de la realidad, y cuando sale el sol todo son brillos y destellos, y los ojos se agotan y cuando los cierras todo sigue igual.
2 Enero 2003
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