Esto no es un puto libro de autoayuda.

Esto no es un libro de autoayuda, básicamente porque odio los libros de autoayuda. Siempre lo he hecho. Me parecen manuales para vagos. O para personas cuya vida es tan fácil o tan predecible que en cuanto se le tuercen un poco las cosas, son tan ingenuos que piensan que la van a enderezar por leerse un libro. Como si los multimillonarios y los gurús que han triunfado en esta vida se fueran a dedicar a sentarse a escribir libros para pringados como tú y como yo. Que por cierto, qué curioso que siempre son tíos los que tienen la clave de cómo vivir mejor, cómo forrarse en 10 fáciles pasos y cómo convertirte en un descerebrado que piensa que triunfar en la vida es llevar en la muñeca un reloj que cuesta lo mismo que el producto interior bruto de un país africano. Siempre son hombres y además hombres muy grimosos. De esos que te presentan en una fiesta y te hacen sentirte el ser más afortunado del mundo por no tener nada que ver con ellos, tan grimosos, tan de mentira, que por alejarte eres capaz hasta de cambiar de bebida si te has pedido el mismo cóctel que ellos. Con vibra de pene pequeño, mucha laca y sonrisa plastificada. Señores de vida fácil que mienten en el currículum para inventarse una lucha que ni siquiera lo es porque no se han visto en esas en la vida. Pero ellos saben perfectamente lo que a ti te viene bien sin conocerte de nada. Claro que sí. 

Vamos, que empiezo bien, de buen rollo, haciendo amigos y repartiendo odio. 

El caso es que si tu intención es dejar una adicción y crees que un libro de autoayuda te va a ayudar, cómpratelo. Es más, léetelo. Incluso toma notas, subráyalo, haz todo lo necesario para creértelo. Esto es una guerra, ese libro es tu trinchera y se trata de salir limpio, victorioso, así que lo mejor es que creas en todo lo que te pueda ayudar a librarte de ese vicio de mierda, con una fe absoluta. ¿Paulo Coelho? Sea. Da lo mismo. Lo que más rabia te dé, pero si crees que te va a ayudar, adelante. Siempre te quedará la opción de comprarte un periódico para forrar su libro y así poder llevarlo contigo con dignidad. Cualquier cosa que te pueda ayudar a quitarte ese vicio de mierda de encima. 

Ya hemos pasado media vida creyéndonos los más listos del mundo, los que nos las sabíamos todas, y mira cómo nos ha ido. Ahora toca agachar la cabeza, llenarnos de humildad, y agarrarnos con uñas y dientes a cualquier cita cursi, libro de autoayuda, meme motivacional, podcast o fanzine que pueda ayudarnos a librarnos de esta adicción de mierda.

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I hate self-help books. I always have. They seem to me like manuals for lazy people. Or for people whose life is so easy and predictable that as soon as things get a little twisted, they are naïve enough to think they are going to straighten it out by reading a book writen for someone that doesn’t know them, has no clue about who they are and probably doesn’t even give a fuck either. As if the billionaires and gurus who have succeeded in life would sit down to write books for people like you and me. They know how to become filthy rich in 10 easy steps while assuming your idea of success in life is wearing a watch that costs the same as the Gross Domestic Product of an African country. Well, guess what, it’s not.

The fact is that if your intention is to quit an addiction and you think that a self-help book will help you, buy it. Even more, read it, take notes, memorize it, do whatever it takes to believe it. This is a war, that book is your trench and it’s about coming out clean, victorious, so the best thing you can do for yourself is believe blindly in everything you think can help you get rid of that shitty vice, with absolute faith. Paulo Coelho? Be it. It doesn’t matter. If you think it’s going to help you, go ahead. You will always have the option of buying a newspaper to cover your book and thus be able to take it with you with dignity. Anything that can help you get rid of that shitty vice.

We have already spent half our lives believing we are this bad asses and the smartest people in the world, we always thought we knew it all, and look were that took us. Now it’s time to bow our heads, fill ourselves with humility, and grab hold on tooth and nail to any cheesy quote, self-help book, motivational meme, podcast or fanzine that can help us get rid of this shitty addiction.