11.3.10

ngel de la guarda

Me han adjudicado un nuevo ángel de la guarda y he tenido que ir a recogerlo al aeropuerto a las 6 de la mañana. Me ha sentado fatal. Hasta que he visto salir por las puertas ese pedazo de cuerpo impresionante, y me he dicho "no me debo estar portando tan mal". Cuando ha visto mi cartelito con su nombre, en seguida ha venido hacia mí y me ha cogido por la cintura con una seguridad y un sonrisón que me ha dejado sin pulso. Me sentía la envidia de Barajas. Las azafatas le sonreían y yo lanzaba miradas de cuchillo mientras pensaba, yo picarona, que ni siquiera tenía que inventar excusas para mi marido, ya que las decisiones de dios son incuestionables. El problema es el de siempre. Que los superhombres vienen con tara, y el mío, al ser un angelito, no tiene sexo.

22 Noviembre 2002

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