Mi perro prefiere ser airbag. Dice que es más cómodo. Se sienta en el volante y cotillea el paisaje, y si ve que se nos acerca mucho alguien, hincha los mofletes y saca tripa. Lo malo es cuando mi cabeza le golpea, que no puede evitarlo, le da la risa y se mea.
16 Octubre 2003
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