11.3.10

C

Cuando era una enana, recuerdo que mis hermanos jugaban juntos a la Guerra de las Galaxias. A mi me daban mucha envidia porque no paraban de subir y bajar por los muebles y de disparar. Al principio no me dejaban jugar con ellos por enana. Y por fin un día Luis me dijo que sí. Entonces yo me pedí ser la Princesa Leia y me mandaron a un rincón con la excusa de que así ellos me protegerían. Y yo me pasaba las horas en una esquina mirándoles jugar, y sintiéndome muy princesa y muy orgullosa de mi papel. Hasta que por fin descubrí que si me iba a jugar a mi bola, ellos seguirían allí, pensando que yo también estaba y no volví.

2 Diciembre 2002

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