11.3.10

El vecino perfecto

Tengo el vecino perfecto. Un hombre amable, educado, joven pero con todo el pelo blanco, hijos pequeños, juguetones y obedientes, y una mujer morena y agradable, que sonríe poco y siempre tiene frío.
Nuestra relación se resume en que normalmente es a él a quien acudo cuando no me funciona la caldera. Hace poco, una mañana, en el ascensor estuvo alabando mi gran capacidad de educadora, ya que a mi perro durante el día no lo notan ni respirar. "Como si se hubiera muerto oye, una tranquilidad brutal". Y yo le sonreí orgullosa, pensando "siento no poder decir lo mismo de su suegra", pero di por hecho que estaría de acuerdo conmigo en este punto.

20 Abril 2003

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