Antes soñaba con grandes cosas. Con que todo fuera especial. Esperaba mucho, me exigía más. Pero cada vez voy a menos, aunque no me conformo con lo que hay. Pero voy aprendiendo a censurar deseos, a reprimir emociones, voy convirtiéndome en zombi, para que las cosas me pasen sin arañar. Y no es eso lo que quiero, no me acostumbro a vivir sin estar. Y lo que deseo es muy sencillo, pero la vida lo enmaraña, lo disfraza, lo maquilla, y se me quitan las ganas. Por eso aprendo a vivir sin respirar.
8 Mayo 2003
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