El martes pasado, día festivo, me levanté temprano para pasear con la perra, y esto es lo que me encontré, caminando desde la Plaza de Oriente hasta el Templo de Debod. Había funcionarios del ayuntamiento limpiando como locos, pero eran muchos menos de los que solía haber antes de la crisis, ya que aquí también ha habido serios recortes por parte del ayuntamiento de Madrid. Tal cual llegué, tuve que darme media vuelta, ya que el suelo estaba lleno de cristales de botellas rotas, y no quería llegar a casa con una perra coja. No es la primera vez que me encuentro con esto. Veremos a ver qué pasa este fin de semana.
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