11.3.10

El show de dios

Yo pensaba que dios era esa voz de ultratumba que se oye en los concursos cuando la respuesta de uno de los contrincantes no está clara. Ya que siempre se producía un silencio tenso y espectral, esperando la decisión de esa voz que decide con qué te quedas y con quién te vas. Y así hacía yo cuando rezaba, esperar su decisión. Miraba hacia arriba, hacia los focos del plató o las luces de la iglesia, deseando con todas mis fuerzas que me regalaran lo que fuera, acompañado de mis quince minutos de popularidad. Pero dios no me ha concedido ese deseo, después de años y años de insistir. Me metí a monja, y después a redactora de un programa de actualidad. Y dios se mantiene al margen, me ignora, porque no valgo para subir audiencia, no conseguiría publicidad. Ni siquiera soy buena como carta de ajuste, ni como paso a publicidad.

5 Marzo 2003

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