Antes de cenar me he quedado dormida. Y he soñado que estaba en los años 20. Que la ciudad era cruzada por tranvías desde los que colgaba gente, las calles eran de adoquines, y yo vivía en un burdel. En una casa de putas de lujo, con ropa interior increíble, cortinas inmensas, una barra preciosa y en el recibidor mucha educación. He soñado con hombres con ganas de hablar, con hombres con ganas de follar y con hombres con ganas de llorar. Algunos lo hacían todo a la vez, y yo les observaba el culo desde el espejo del techo. Y cuanto más lloraban más lo apretaban. Y yo sólo pensaba en que terminaran para poder fumar. Y poder volver a ponerme toda aquella ropa interior suave, fresca y complicada, peinarme, y tumbarme a soñar con follar.
10 Marzo 2003
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