11.3.10

me dejo llevar

A veces mis sentimientos se guían por estímulos ajenos. Si se me mete algo en el ojo y me llora, en seguida me pongo triste. Si mi perro me hace cosquillas con el rabo, sonrío para el resto del día. Si paso por una salida de aire de metro y me levanta la falda, me vuelvo coqueta. Esos días me siento como una marioneta. Y cuando sopla fuerte el viento, me dejo empujar. Y llego bastante lejos, a los brazos de quien me coja, o al primer árbol con que me cruce, y me quedo quieta, esperando que cambie el viento, y me empuje hacia mi casa, o hacia cualquier otro lugar.

13 Febrero 2003

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